“El liderazgo no se trata de estar a cargo, se trata de cuidar a los que están a tu cargo.” — Simon Sinek
Un verdadero líder no lidera desde el ego, sino desde la esencia humana: desde una posición de servicio y empatía. Y entiende que su mayor logro no es su propio reconocimiento, sino el crecimiento y desarrollo de su equipo.
Sin embargo, muchos profesionales que alcanzan posiciones de liderazgo caen en la trampa del ego. Este deseo de destacar frente a todos y llevarse el crédito para uno mismo puede desviar el logro de las metas y crear un ambiente laboral poco colaborativo.
Liderar desde el ego es liderar desde el miedo. Este miedo puede reflejarse en diversas conductas como: no reconocer los propios errores o los logros ajenos, no dar información relevante que mejore la eficiencia de los colaboradores, no empoderar al equipo o evitar delegar por temor a que destaquen más.
Estos comportamientos pueden afectar la moral de los colaboradores, así como el rendimiento del área y los resultados de la organización en general.
Para cambiar esta situación en las empresas es fundamental transformar el enfoque de “yo” a “nosotros”, adoptando un modelo de liderazgo basado en la empatía, la comunicación, el empoderamiento, el desarrollo del equipo y la colaboración genuina.
Como líderes, está en nuestras manos generar este cambio. Priorizar el bienestar y el crecimiento de las personas no solo mejora el clima laboral, sino que también impulsa mejores resultados empresariales.
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Fuente (flyer): https://hbr.org/data-visuals/2022/03/from-manager-to-people-leader
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